jueves, 2 de agosto de 2012

Nostalgia con pisco


Este fue la última crónica que escribí para mi curso de Taller de Periodismo Interpretativo... Me gusta y espero también sea de su agrado posibles invadidos. Ahí les va...


La taberna Queirolo, en Pueblo Libre, sigue siendo, ciento treinta y dos años después, un punto de reunión, de debate y de reencuentro.
Magdalena la Vieja, actual Pueblo Libre, es un distrito histórico y fundamental en los primeros años de la República. A dos cuadras de la otrora vivienda de los libertadores Don José de San Martín  y Simón Bolívar se construyó, en 1880, la Hacienda Queirolo. Han pasado más de cien años y en esta taberna se puede seguir siendo testigo de mil y un historias.
Taberna Queirolo - imagen internet

REENCUENTRO FAMILIAR
Luego de quince años se reúne, por fin, el clan Díaz; don José, el patriarca de la familia, decidió que el almuerzo de gala, el último almuerzo (antes que su hijo, su hija, su nuera y su nieta regresen a Bogotá) tenía que ser en la taberna. Un picante de patita, un rocoto relleno, un plato de cau cau y una generosa butifarra –un emparedado a base de jamón del país o pavo acompañado con una cebolla y ají–  engalanan la mesa del almuerzo de despedida de los Díaz.
La adolescente nieta, nacida en Colombia, está y estará encantada de la comida peruana, pero lo que más extrañará será a sus abuelos, don José y doña María. Se abrazan y entran a un mundo que sólo les pertenece a ellos. El ajetreo y el vaivén de los mozos no importan para esta reunión de tres generaciones. Terminada la comida se retiran con la promesa de no esperar otros quince años para volverse a ver.

AMISTADES CON CEVICHE
Iván y Pedro, dos amigos cuarentones que se conocieron en la universidad, cumplen, casi religiosamente, el ritual de encontrarse en la taberna. La consigna es simple, distraerse del estrés laboral y conversar de la vida. Un buen ceviche, una fuente con choritos a la chalaca y dos vasos de chilcano de pisco quebranta acompañan la conversación, una mordida y un sorbo de buen pisco suelta la lengua y aviva el debate.

AMIGAS DEL ALMA
Confiesan tener más de cincuenta años de amistad. “Vivimos y estudiamos aquí, Pueblo Libre y este lugar significan mucho para nosotras”. Se reúnen, al igual que los amigos con el plato de ceviche, cada que pueden. Las conversaciones han cambiado a lo largo de los años: primero fueron sobre los muchachos del barrio, luego acerca del futuro esposo, le siguieron los hijos, ahora hablan de los nietos, los bisnietos y las amistades que partieron.
Chilcano de Pisco - imag. internet
“No es fácil cuando el tiempo pasa –sentencia una de las señoras–, pero no se puede evitar. A la vejez, viruelas”. Mientras reflexionaba se cruzó uno de esos muchachos del ayer, ese mozalbete que antaño les robó más de un suspiro. Estas damas aprecian y atesoran el pasado, mas intentan mirar al futuro.

Vidas, historias, debates, piscos y vinos que se unen en un solo lugar. Esa es la magia de la taberna Queirolo, un lugar parece nutrirse de la vida de los comensales. 

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